¿Por qué no es lo mismo controlar una infestación de ratas que una de ratones?

Podríamos pensar que ratas y ratones difieren sólo en el tamaño. Sin embargo, por sus diferentes comportamientos, no es lo mismo controlar una infestación de ratas que una de ratones. A diferencia de las ratas, éstos tienden a instalarse y anidar en interiores. Esto, unido a su tendencia a alimentarse de muy pequeñas cantidades de alimento obtenidas de fuentes diversas, hace necesaria una estrategia de control diferente al de una infestación de ratas. Para ello siempre, lo mejor, contactar con profesionales del sector que nos asesoren sobre la mejor estrategia a seguir, y de esta manera lograr un control de la plaga eficaz.

 

 

¿Porqué no es lo mismo controlar una infestación de ratas que de ratones?

raton

Si preguntamos al personal que mantiene las instalaciones del metro qué plaga es más complicada, la de ratas o la de ratones, la respuesta serán las ratas. Si realizamos la misma pregunta a alguien de la industria alimentaria o a un profesional del control de plagas, la respuesta serán casi siempre los ratones, y más concretamente el ratón doméstico Mus musculus domesticus.

Pero, en todo caso, para acabar con ellos y ellas necesitaremos estrategias diferentes.

 

La rata visita, el ratón se instala

A diferencia de las ratas, que tienden a ser invasoras casuales en los interiores, los ratones, una vez dentro, quieren permanecer en el interior, disfrutando de la comida y el refugio que alli encuentran.

Este comportamiento no es solo una preferencia, sino una capacidad que los ratones poseen y las ratas no. Las ratas necesitan una fuente de agua a diario, sin la cual no sobrevivirán; por esto se introducen, se alimentan y se van. Los ratones, sin embargo, a menudo pueden sobrevivir con el contenido de humedad de los alimentos que comen y, por lo tanto, no necesitan mantener esa ruta de escape o movimiento en busca de agua.

Grandes comilonas o pequeños bocados

El comportamiento a la hora de alimentarse también difiere. Las ratas son por naturaleza neofóbicas, desconfiando de todo aquello que es nuevo, por ejemplo nuestros cebos, pero una vez que superan este temor comeran grandes cantidades de alimento de la misma fuente.

Los ratones, en cambio, curiosos innatos, investigaran los cebos inmediatamente pero, normalmente, tan sólo ingeriran cantidades muy pequeñas de una misma fuente de alimento, prefiriendo obtener su dieta diaria de muchos lugares distintos.

Por lo tanto, poner uno o dos puntos de cebo para ratones no resolverá el problema ya que, probablemente no comeran una dosis letal. Contra los ratones domésticos es vital colocar muchos cebos, que contengan poca cantidad de rodenticida, con el objetivo de conseguir la dosis letal a través de pequeñas tomas de varios puntos.

La situación de los cebos es también crucial. Los ratones son escaladores acrobáticos y, una vez dentro del edificio, se extenderán rápidamente por todas partes. Asi que la estrategia de cebo deberia contemplar todos los niveles del espacio; falsos techos, armarios, encima de las vigas, cavidades en el techo, etc.

ratones

El ratón doméstico come tan sólo unos 3g de alimento al dia, quizás por eso mantiene su comportamiento de alimentación esporádico, ya que necesitan alimentarse de varios lugares si quieren obtener una dieta equilibrada. Les gusta la variedad en sus alimentos y les atraen especialmente las grasas y los azúcares.

Resistencia a los rodenticidas

Como hemos visto, comprender y explotar las características del comportamiento del ratón doméstico es necesario para lograr el control. Pero también son necesarios productos biocidas efectivos, y aqui encontramos otro problema.

El ratón doméstico ha mostrado niveles significativos de tolerancia a los rodenticidas anticoagulantes de primera generación desde su inicio. Ya en 1961 se reconoció que la warfarina no lograba controlar algunas infestaciones de ratones.

La introducción de anticoagulantes de primera generación más nuevos; difacinona, clorofacinona y coumatetralil, no produjo mejoría. Con los primeros anticoagulantes de segunda generación; difenacum y bromadiolona, introducidos a finales de la década de los 70, se obtuvieron resultados iniciales buenos pero siguieron dándose casos donde la erradicación completa no se podía lograr.

No fué hasta la aparición del  brodifacum y el flocumafeno, en la década de 1980, que el control total del ratón doméstico se hizo realista para ciertos trabajos.

Restricciones al uso de los anticoagulantes

Si bien actualmente se pueden conseguir niveles altos de control mediante los rodenticidas anticoagulantes, el uso excesivo o no apropiado de estos biocidas tiene un impacto potencial negativo sobre la salud y el medio ambiente, con una contaminación inaceptable en mamíferos no diana y en aves de presa.

Por este motivo, la legislación europea ha ido imponiendo restricciones al uso de los rodenticidas anticoagulantes, restricciones que afectan principalmente al control de ratas, en el que la colocación de cebos se realiza predominantemente en el exterior. Dado que los ratones domésticos viven casi exclusivamente en el interior y los cebos para ellos también están en el interior, ni el rodenticida ni los cadáveres de los ratones presentan el mismo nivel de riesgo para la vida silvestre que en el caso de las ratas.

En todo caso, el técnico en control de plagas debe ser capaz de seleccionar el producto rodenticida que realmente puede lograr la erradicación de la infestación, y saber cómo y dónde aplicarlo.

Asimismo, hay que tener presente que el uso de rodenticidas para controlar ratones y ratas no es la única solución. Ya sea para controlar roedores en locales domésticos, comerciales o agrícolas, es necesario el conocimiento y la habilidad para evitar que se introduzcan en las instalaciones. Y si ya los tenemos dentro, buscaremos la manera de limitar su acceso a los recursos que necesitan para sobrevivir y podemos aplicar opciones de control no químicas, como trampas.

Fuente: www.pestmagazine.co.uk

Fuente: www.higieneambiental.com

 

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